El éxito de “Stranger Things”

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La serie de Netflix es un fenómeno en todo el mundo; pega directo en el corazón del pop ochentoso y marca el inicio de las series para que vean padres e hijos; la nostalgia, un imán para el gran público

Ir una calle de tierra, un grupo de amigos de la primaria huye a toda velocidad hacia un bosque inhóspito y repleto de pinochas secas. Con audacia, esquivan los charcos que dejó la lluvia de la noche anterior y avanzan sin mirar atrás; la promesa por aventurarse en lugares desconocidos en busca de algún tesoro perdido los alienta. Ni un golpe seco contra el piso por el barro resbaladizo entibiaría la adrenalina que corre por el cuerpo en esta tarde de juego. Enfundados en camperas de corderoy, camisas escocesas gruesas y gorras de visera cuadrada, se comunican por handies o a viva voz y así pasan sus días.

En épocas de Pokémon Go, Nintendo Wii y cafeterías que anuncian la clave de wifi en sus propios tickets, estas nostálgicas imágenes de una infancia no tan lejana y ochentosa, que seguramente resplandecen en la mente de muchos de los que vieron la nueva serie de Netflix, Stranger Things. Cuando en pequeños pueblos alejados de las grandes urbes, la vía, el molino, o la estación de servicio de la ruta apenas alumbrada -lo más cercano posible a una metrópolis- eran puntos de encuentro con amigos para abrirse a la aventura. La serie rememora un estilo de vida actualmente tapado en toneladas de “nueva tecnología” indispensable para vivir y transmite una sensación de libertad perdida.

En muros de Facebook, Twitter, Periscope o Snapchat, todos hablan de lo mismo:Stranger Things. “Es del estilo de E.T., la película de Spielberg de los ochenta”, “¿Miraste The Goonies?”, “Si no la viste, Cuenta Conmigo, basada en el libro de Stephen King te va a encantar”. Estos son algunos de los comentarios que repiten quienes ya vieron Stranger. Porque la reminiscencia ochentosa representada en la música, la fotografía y la forma de vivir de esa época, atrapa al espectador y lo fascina. “Un escalofriante disparo de nostalgia de los años 80 directo al corazón”, así la definió el diario británico The Guardian. Esa melancolía por años que saben mejores que el presente o el futuro que vendrá. Según los especialistas, una nostalgia típicamente humana y que rememora la frase que dice que todo tiempo pasado fue mejor. “De alguna manera esa frase sintetiza una tendencia en el ser humano a idealizar el lugar de donde viene”, explica el psiquiatra y psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), Harry Campos.

Es probable que los hermanos Duffer, creadores de la serie, hayan tenido muy presente que con esta estética ochentosa el público quedaría pasmado. Pero en realidad contaron que la idea de la serie rebotó 20 veces entre productores de distintas cadenas de TV. O sea que no estaba tan claro… hasta que apareció. “En el hombre hay dos fuerzas, la incertidumbre del futuro y la certeza del bienestar pasado. Aunque la persona haya nacido en 2000, si ve una película que transcurre en un bosque, lo va a remitir a cuentos infantiles. En el pasado siempre hubo experiencias como esas”, explica Campos. “Si todavía no experimentaste suficiente nostalgia ochentosa, la serie de Netflix Stranger Things es un sabroso viaje a esa década y al arte de lo misterioso sin exceso”, expresó una reseña del New York Times.

Lo cierto es que, a menos que el pasado traiga a la mente recuerdos negativos por experiencias traumáticas, tendemos a idealizarlo. “La memoria del ser humano no es como la memoria de una computadora, meramente reproductiva, sino que va reconstruyendo los recuerdos y modificandolos con el transcurso del tiempo”, explica el psiquiatra Juan Eduardo Tesone, miembro de APSA y de la Asociación Psicoanalítica de París.

Campos señala que vivir en el pasado impide vivir el presente y, pensar demasiado en el futuro, también. “Pero en la historia de la humanidad fue muy difícil aceptar al tiempo como lineal, siempre estaba eso del eterno retorno”.

Para quienes todavía no tienen muy en claro a qué películas remite Stranger Things, un corto del director francés Ulysse Thevenon compara con precisión escenas de la serie con escenas de películas de fines de los setenta y principios de los ochenta. Steven Spielberg y Stephen King, a la cabeza. “Vaya plan perderse en el laberinto del tiempo sin poder salir de él sin sufrir, añorando un regreso imposible. No obstante, algunas personas descubren en tal pasión una forma adictiva de vivir”, reflexiona un artículo publicado en 2011 por el diario español El País.

Lo más probable es que en un futuro, las claves de wifi, cazar pokemones y utilizar filtros de Snapchat, sean motivo de añoranza y nostalgia como hoy Stranger Things.

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