Dilma acusó a su vice de conspiración y afirmó que resisitirá al “golpe de estado”

Tras la aprobación del impeachment, la mandataria del país vecino adelantó que no renunciará a su cargo. "Veo mi derecho torturado", dijo

74

La presidenta Dilma Rousseff calificó el lunes como una “violencia contra la verdad, contra la democracia y contra el Estado Democrático de Derecho” la aprobación del impeachment por la Cámara de Diputados y aseguró que resistará lo que consideró “un golpe de Estado”.

“Veo a mi derecho torturado, pero no matarán mi esperanza. La democracia es el lado correcto de la historia”, dijo Dilma, por momentos emocionada, en el Palacio del Planalto, prometiendo ejercer un derecho a la defensa que consideró “aplastado” por el proceso de la Cámara baja.

La mandataria manifestó además su esperanza de que “consigamos que este proceso sin base legal practicado por personas que deberían estar investigadas no ocurra mas”, en una de las varias críticas que dirigió contra el presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha. “Condujo el proceso como quiso”, dijo sobre Cunha. “No soy acusada de tener cuentas en el exterior ni de enriquecerme ilícitamente. Los que me juzgan sí”.

También se refirió al vicepresidente Michel Temer como un traidor. “Es espantoso que unvicepresidente en ejercicio de su mandato conspire contra la presidente abiertamente. En ninguna parte una persona así sería respetada”, dijo.

La presidenta usseff calificó el lunes como una “violencia contra la verdad, contra la democracia y contra el Estado Democrático de Derecho” la aprobación del impeachment por la Cámara de Diputados y aseguró que resistará lo que consideró “un golpe de Estado”.

Y concluyó: “enfrenté por convicción la dictadura y ahora enfrento por convicción un golpe de Estado no tradicional”.

El Senado será el encargado de decidir si la mandataria enfrentará un juicio político que busca su destitución. Es precisamente ahí donde se decidirá si la acusación prosigue con miras a un juicio que puede sacar definitivamente a la presidenta de su cargo.

El Partido de los Trabajadores espera que en esa instancia se libere a la mandataria de todas las acusaciones, y así poder terminar su mandato el 2019.

En Diputados, el quórum de 342 votos fue alcanzado incluso sin que tuvieran que votar los 513 diputados que tiene la cámara brasileña.

La algarabía se apoderó del lugar y los gritos de “fuera Dilma” acallaron a los que aclamaban “no habrá golpe“.

 

“Cuanta honra me reservó el destino para dar este grito en nombre de todos los brasileños”, dijo el diputado Bruno Araújo, del Partido de la Social Democracia Brasileña, al anunciar el voto que le garantizó la victoria a la oposición.

Aunque la votación continuó, la algarabía por un lado y la tristeza de los miembros del Partido de los Trabajadores por el otro, se reflejó también en las calles de Brasil, donde el proceso fue seguido en vivo por miles de ciudadanos que se congregaron durante el día para manifestar su apoyo o rechazo a la actual mandataria.

Todo está en manos del Senado
A partir de este martes, el Senado brasileño iniciará los trámites para decidir si finalmente se abre un juicio político contra Rousseff, proceso que duraría 10 días, tiempo en el que una comisión especial de 21 miembros elaborará un informe sobre el caso.

Si la votación que ya tuviera lugar en diputados luego es respaldada por los senadores, la presidenta deberá dejar sucargo durante 180 días.

Ese el tiempo con que cuenta el Senado para realizar el juicio. Durante esos seis meses el vicepresidente Michel Temerocupará el lugar de Rousseff.

A lo largo del juicio, se escucharía a la defensa y a la parte acusadora, además de otros testigos que puedan citar respecto a las irregularidades fiscales en las que incurrió el Gobierno en los últimos dos años.

Después de esto se elaborará un informe que se somete a la votación del Senado.

Es ahí donde se decidiría la suerte definitiva de Dilma, si la encuentran culpable será destituida y perderá sus derechos políticos durante ocho años.

En este contexto, será el vicepresidente Temer quien deba concluir el mandato. Por lo pronto, ya dio pistas del camino que estaba trazando y remitió a la Presidenta una explosiva carta en la que aireó su disconformidad con el Gobierno, marcando así el inicio del fin de una relación basada en los protocolos y las apariencias.

En su misiva, acusó a Rousseff de tratarlo como un “vice decorativo“, que “solo fue llamado para resolver las votaciones del PMDB y las crisis políticas”.

Desde entonces, se mantuvo moviendo los hilos del poder. Cansado de estar a la sombra de Dilma, comenzó a ensayar su toma de posesión.

En un audio divulgado por un supuesto “error, Temer salió a escena con un discurso en el que anticipó el desenlacepolítico de la jefa de Estado y dio pinceladas sobre el que sería su programa gubernamental.

Rousseff sintió la “traición” de su vice y entró en la batalla personal contra Temer, a quien acusó de ser el “jefe de laconspiración” que busca acortar su mandato.

Fuegos artificiales y cacerolazos en las calles
Con gritos de “Fora Dilma”, fuegos artificiales y cacerolazos, miles de brasileños celebraron en las calles de lasprincipales ciudades del país el avance del juicio político contra Dilma.

En Sao Paulo, donde se registró la mayor concentración contra el Gobierno, una multitud estalló en gritos de alegríacuando se confirmó la derrota del Gobierno en el Parlamento, que aprobó por 367 votos contra 137, dar luz verde al “impeachment” contra la jefa de Estado, cuyo futuro queda ahora en manos del Senado.

La celebración incluyó el himno nacional, fuegos artificiales y bocinazos y cacerolazos contra el Ejecutivo, mientras se desplegaba una bandera gigante con la palabra “impeachment” en las inmediaciones de la sede de la patronal industrial paulista, la más poderosa del país, que se ha involucrado con fuerza en el apoyo al juicio contra Rousseff.

pocos kilómetros, en el centro de la ciudad, los partidarios del Gobierno lloraban de rabia e impotencia y se agarraban a la última esperanza de Rousseff, la votación en el Senado.

En la capital del país, Brasilia, también decenas de miles de personas esperaron los resultados de la votación en la Explanada de los Ministerios, aunque para evitar incidentes, partidarios y detractores del Gobierno estaban separados por una gigantesca valla de casi un kilómetro de largo.

En Río de Janeiro, donde las movilizaciones se desarrollaron frente a las playas de Copacabana, cientos y cientos de ciudadanos esperaron hasta última hora de la noche para celebrar la decisión el Parlamento en el mismo clima festivo que marcó las marchas que se desarrollaron durante el día.

Las movilizaciones, que se repitieron hoy en 25 estados de Brasil en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, transcurrieron con normalidad y con incidentes aislados.

El abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, declaró hoy que Rousseff recibió con “indignación y tristeza” la decisión de la Cámara de Diputados que la deja al borde de un juicio político.

“Quien es favorable a la democracia no puede ser favorable a lo que ocurrió“, declaró Cardozo tras la votación en la Cámara Baja que decidió por una clara mayoría que el trámite contra Rousseff prosiga en la instancia definitiva del Senado, consignó la agencia NA.

“No hay un argumento que ponga en tela de juicio la honestidad de la presidenta”, indicó sobre las acusaciones, que se fundamentan en unas maniobras contables que el Gobierno hizo para maquillar sus resultados de 2014 y 2015.

Rousseff, una tecnócrata ajena a un poder que está a un paso de perder
Hasta hace unos años, Rousseff era una tecnócrata de prestigio, con fama de antipática y sin aspiraciones políticasconocidas.

No obstante, llegó a la Presidencia de Brasil tras ganar dos veces, aunque en su segundo mandato perdió su base política y ahora está al borde ser desalojada del poder A sus 68 años, esta economista de escaso carisma sufrió el mayor traspié de su vida política.

Si los 81 senadores deciden que debe abrirse el juicio, sustentado en unas maniobras fiscales irregulares, entonces será separada del cargo durante 180 días y sustituida por Michel Temer con quien ha pasado en los últimos meses del amor al odio.

Hasta 2010, Dilma Vana Rousseff Linhares nunca se había planteado postular a un cargo electivo y hasta era resistidapor el Partido de los Trabajadores (PT), al que sólo se afilió en 1990.

Sin embargo, su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, la impuso como candidata presidencial, le hizo la campaña y la convirtió en la primera mujer elegida para un cargo que, en la historia republicana del país, habían ocupado 35 hombres.

Hija de un comunista búlgaro que emigró a Brasil y se casó en este país, era una perfecta desconocida para la mayoría de los brasileños cuando en enero de 2003 asumió como ministra de Energía en el primer Gobierno de Lula.

Pasó luego a ejercer el cargo de ministra de la Presidencia, se ganó fama de “Dama de Hierro” por su rigor y, gracias al influyente “dedo” de Lula, se convirtió en sucesora del líder más carismático de la historia reciente del país.

Cuando asumió el poder por primera vez, el 1 de enero de 2011, su condición de economista animó a los mercados pero, en contra de lo que se esperaba, el Brasil de Rousseff perdió el impulso que había convertido al país en la “niña mimada” del mundo de los negocios.

En su primer mandato, el crecimiento económico cayó al 2,7% en 2011, al 1,0% en 2012 y se recuperó ligeramente, para llegar al 2,5 % en 2013.

Sin embargo, en el segundo se fue por un barranco hasta entrar en la recesión más grave de las últimas tres décadas.

En su primer período fue dura con la corrupción y castigó toda sospecha, al punto de que en su primer año no le temblóel pulso para destituir a siete ministros implicados en turbias maniobras con dinero público.

En junio de 2013 la sorprendieron unas de las mayores protestas de la historia del país, cuando millones de personastomaron las calles para quejarse por los pésimos servicios públicos, justo un año antes de que Brasil acogiera el Mundial de fútbol.

Desde entonces, el país entró en ebullición y la oposición ganó espacios, aunque no pudo impedir la reelección de Rousseff, que se impuso en 2014 por una diferencia de escasos tres puntos, que ya hablaban de la fractura de la sociedad.

Su segundo mandato nació herido por un agravamiento de la crisis económica que se insinuaba y por los escándalos decorrupción en Petrobras, que enlodaron a casi todos los partidos oficialistas y desbarataron su base política.

En el último año, el torbellino político la acorraló y la puso al borde de un juicio político por unas maniobras fiscalesirregulares que ella niega.

Desde que comenzó el trámite que le puede costar el poder ha gritado a los cuatro vientos que es víctima de un “golpede Estado” y afirmado que lo enfrentará “hasta el último minuto“, igual que hizo contra la dictadura que gobernó el país entre 1964 y 1985.

Alude así a su juventud, cuando por supuestos vínculos con grupos guerrilleros alzados contra la dictadura pasó casitres años en prisión y sufrió la tortura en carne propia.

Quien la conoce afirma que fue en ese régimen forjó su recio carácter, que a veces dicen que pasa todo límite. En Brasilia hay quien sostiene que alguna vez hasta le lanzó un florero por la cabeza, sin puntería, a un ministro en medio de una tensa discusión.

Pese a esa imagen, Rousseff puede ser la abuela más dulce cuando está con alguno de sus dos nietos, o soñar con liberarse de las limitaciones del poder.

Alguna vez que se abrió con periodistas, reveló algunos de sus sueños más reservados y dijo que quisiera poder caminarcomo una persona anónima o simplemente ir de compras.

También dijo que “adoraría” adquirir una Lambretta, para disfrutar de la “sensación de libertad” que ofrece unamotocicleta y “sentir el viento” en su rostro.

Ese deseo, reveló, nació cuando se puso “traviesa”, burló a su seguridad y, en forma clandestina“, salió de paseo por Brasilia con un ministro en una poderosa Harley-Davidson.

En los últimos meses, a falta de una moto, a primera hora de la mañana se le ha visto paseando en bicicleta por los alrededores de su residencia oficial, tal como lo hizo el domingo antes de la votación.

Pero hasta ese ejercicio ha sido objeto de chacota. Las maniobras fiscales que la han dejado al borde de la destitución son conocidas en la jerga política brasileña como “pedaladas“.

Fuente: Iprofesional.

Comentarios
Compartir