Cuando dormir no es reparador

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Las estadísticas indican que gran cantidad de personas tienen este problema. Aquí, una guía sobre sus causas.

Dar incontables vueltas en la cama, mantenerse despierto durante horas, abrir los ojos mucho antes de que suene el despertador… tener problemas para dormir es un suplicio.

Sin embargo, de acuerdo con una investigación del prestigioso instituto Robert Koch de Alemania, quien sufre estas alteraciones no está solo: alrededor de un 25 por ciento de las personas adultas tiene problemas para conciliar el sueño y más de un 10 por ciento considera que su sueño no es ni frecuentemente ni permanentemente reparador.

¿Cómo se manifiestan los problemas para dormir o las alteraciones del sueño?

Hay varios tipos de alteraciones, que pueden remitirse a múltiples causas. Pero, por lo general, cuando alguien dice tener problemas de sueño se refiere a una especie de insomnio, es decir, a las dificultades para conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.

¿Qué hay detrás de estas alteraciones?

Las causas son complejas. Las alteraciones pueden deberse a factores orgánicos, psíquicos o de comportamiento, pero también a medicamentos.

A veces, las dificultades para dormir son síntoma de otra enfermedad. Despertarse antes de tiempo, por ejemplo, suele ser un síntoma de la depresión. A veces se conjugan varios factores.

Quien tiene una hernia de disco, por ejemplo, siente dolor estando acostado, lo que puede llevar a que se despierte cada dos o tres horas y empiece a pensar en sus problemas cotidianos y luego tenga dificultades para volver a dormir. 

¿Cuándo hay que acudir al médico?

Si durante un mes se duerme mal al menos tres noches por semana y esto afecta la rutina diurna, hay que consultar con el médico. La falta de sueño tiene distintos efectos, pero el más común es sentirse agotado, tener dificultades para prestar atención, estar irritable, sufrir cambios repentinos de humor o molestias físicas como dolor de estómago o de cabeza.

Para solucionar un problema de sueño es importante detectar primero sus causas. Entre los tratamientos posibles están las terapias conductistas y los medicamentos, aunque las pastillas clásicas para dormir sólo deben recetarse en casos excepcionales y como mucho por dos semanas.

¿A quién deben recurrir los afectados?

Si no se puede recurrir a un especialista en sueño, hay que consultar al menos con el médico clínico, que podrá descartar que el problema sea a una causa física.

¿Quiénes deben recurrir a un laboratorio de sueño y en qué consiste?

Los médicos suelen recomendar la observación en un laboratorio de sueño en casos de ronquidos con apnea, cuando el cansancio es extremo, en casos de sonambulismo o cuando no se encuentran las causas de la imposibilidad de dormir de corrido. No hace falta prepararse para la consulta.

Lo ideal es pasar ese día de la forma más normal posible y no dormir ninguna siesta. Una vez allí, los especialistas le colocan al paciente electrodos y sensores. Luego hay que acostarse y tratar de conciliar el sueño, mientras una cámara filma al durmiente. 

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