Calafate por dentro, un destino con mística propia en el corazón de la Patagonia

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Lo único que necesita El Calafate ahora es un poco de tiempo. Porque el resto lo tiene todo. Tiempo para despegarse de las esquirlas de la política, que todavía confunde y resquebraja la idea de un lugar de ensueño en el corazón de la Patagonia.

El viento y el hielo definitivamente determinan a El Calafate en la provincia de Santa Cruz. Los témpanos y los glaciares son parte constitutiva de su identidad; pero El Calafate es mucho más que hielo exquisito y viento sediento.

Cada vez que aterriza un avión sobre El Calafate la inmensidad se refracta gigante sobre el Lago Argentino, casi como recordando que uno está cerca del fin del mundo. El Lago Argentino es el mayor y más austral de la Argentina y abarca una superficie de 1415 kilómetros cuadrados. Ahora, incluso se agregaron vuelos desde Rosario y Córdoba que prometen aumentar el caudal de visitantes y turistas locales.

Cada vez que aterriza un avión sobre El Calafate la inmensidad se refracta gigante sobre el Lago Argentino

Hasta el propio diseño de la ciudad de El Calafate la hace distinta. Es original, no respetó el clásico trazado español de tantas ciudades argentinas, en donde el corazón está alrededor de la plaza y la iglesia. El Calafate eligió la forma de trapecio, lo que la hace más irregular y diversa.

La temporada alta para El Calafate es al revés de como la concibe cualquier porteño: alta en verano, baja en invierno. Es que con el sol y el clima cálido de la primavera verano, Calafate se ensancha y no sólo ofrece hielo y viento, su esencia; sino también su propio fruto rojo, ríos más caudalosos, fauna y flora diversa.

Al fin, el glaciar

Recién en 1937, El Calafate fue declarada como localidad. Francisco Pascasio Moreno, perito y explorador argentino, fue quien bautizó al Lago Argentino, una extensión enorme de agua dulce mineralizada. La envergadura de sus descubrimientos, ni siquiera le valieron para saber que el gran Glaciar Perito Moreno, único en su especie en el mundo llevaría finalmente su nombre.

Estas moles blancas que descienden hacia el Atlántico sobre los lagos Viedma y Argentino le erizan la piel a cualquiera

El glaciar Perito Moreno se encuentra a 85 kilómetros de El Calafate, provincia de Santa Cruz, en el Parque Nacional Los Glaciares que abarca una superficie de 717.800 hectáreas. Fue creado en 1937 para proteger el campo de hielo experimental y los 13 glaciares que ocupan el 30% de la superficie.

Estas moles blancas que descienden hacia el Atlántico sobre los lagos Viedma y Argentino le erizan la piel a cualquiera; y los bosques andinos que terminan de componer la escena ofrecen uno de los espectáculos naturales más imponentes del mundo.

Su imponente base lo convierte en una gruesa masa de hielo de 700 metros. La inmensidad y calma del Lago Argentino deja ver a los costados del camino bosques de lengas, cipreses, ciruelillos, calafates, propios del lugar y ocasionalmente algo de fauna autóctona, como el simpático zorro rojo.

El glaciar Perito Moreno se origina en el campo de hielo Patagónico Sur. En su descenso, alcanza el brazo Sur del Lago Argentino, con un frente de 5 kilómetros de longitud, aflorando sobre el agua con una altura de unos 60 metros.

El glaciar Perito Moreno es simplemente imponente

Gracias a su constante avance, forma una represa con las aguas del brazo Rico, lo cual genera un desnivel con respecto al resto del lago de hasta 30 metros. Por la presión de esta masa líquida se producen filtraciones en el hielo que crean un túnel con una bóveda de más de 50 metros de altura. El derrumbe de esta bóveda constituye un inusual espectáculo natural y es uno de los mayores atractivos del parque.

La llegada al glaciar hasta tenerlo de frente se puede hacer caminado por las bellísimas pasarelas y miradores de madera y acero, que permiten contemplarlo desde diferentes ángulos, viendo la cara norte, sur o central. El diseño de las pasarelas propone un sistema de escaleras y balcones sobre el faldeo de la montaña frente al glaciar que suman más de 2 kilómetros de recorrido.

Cada año, en febrero, se realiza la Fiesta del Lago que para El Calafate es considerada “la gran fiesta popular de la ciudad”. Y en la actualidad, la población crece orgullosa entre dos grandes corrientes: los NYC (nacidos y criados en Calafate ) y los TAF (traídos a la fuerza).

Estadía y gastronomía patagónica

Las estancias que dieron origen a la zona son inmensas e inconmensurables. Pura estepa patagónica, agreste y en tonos verdosos y amarronados.

La capacidad hotelera de El Calafate es grande, generosa y diversa: muchos arrancaron como posadas que albergaban a los visitantes patagónicos y luego llegaron los hoteles 5 estrellas con todo el confort y amenities. Por eso El Calafate, al decir de los propios lugareños, tiene más plazas que huéspedes.

El hotel Posada Los Álamos es uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad. Con 20 mil metros cuadrados de parques y jardines entre puras alamedas originales y junto al Lago Argentino, fue diseñado y fundado por una de las familias emblemáticas de la ciudad, el ingeniero Mario Guatti -dueño de una calle en El Calafate alrededor del hotel- y su esposa Ángela Girometti. Y hoy dirigido por uno de sus hijos, Mario Piero.

El hotel Posada Los Álamos es uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad

Son 144 habitaciones con todos los servicios exclusivamente decoradas para los viajeros más exigentes con vistas privilegiadas a los jardines y a la cordillera. Posee un centro de convenciones de 1900 metros cuadrados, el Aonikenk, con capacidad para más de 400 participantes.

Cada rincón del Hotel Los Álamos está decididamente pensado y cuidado en su deco y diseño. Fue -y es- la propia Ángela la que pensó cada detalle: la elección de los colores, los muebles y los cuadros. Nada está librado al azar.

Lo que resulta imperdible en Los Álamos es el restó Humus, donde, incluso para los lugareños, se sirve el mejor cordero patagónico al asador de la zona, ese que de deshace en la boca, finamente adobado con especias del lugar; platos especiales de trucha, salmón y centolla, y también carnes rojas, todo acompañado por vegetales verdes y hierbas aromáticas de la huerta orgánica

Al atardecer, el Humus Cocktail Bar es perfecto para disfrutar de un trago con buena música y las mejores vistas del golf El Pinar y de la Cordillera de los Andes.

Cada rincón del Hotel Los Álamos está decididamente pensado y cuidado en su deco y diseño

La exclusiva cava de Los Álamos posee una cuidadosa selección de vinos de Argentina, especialmente de zonas frías -también denominados vinos patagónicos- y cuenta con todo lo necesario para la degustación, selección, clasificación, estiba y cuidado de la colección. El spa Humus, sin duda, es un valor agregado relevante en la propuesta del hotel.

Y la otra joya del hotel es el Campo de Golf El Pinar, inaugurado el 13 de diciembre de 1997, siendo hasta hoy el único lugar para jugar al golf en El Calafate.

Apadrinado por la leyenda del maestro Roberto De Vicenzo, el campo es un gran desafío para golfistas de cualquier handicap. Desde el campo de juego se pueden contemplar vistas de la precordillera, donde se destacan los cerros Castillo y El Calafate. Dentro de la cancha existen zonas de estepa ambientalmente protegidas con vegetación autóctona.

Paseos y excursiones imperdibles

La navegación por el Lago Argentino entre hielos es una de las excursiones que ningún turista que llegue a Calafate se puede perder. Ingresando al Brazo Norte y al Canal Upsala, allí se podrá navegar entre inmensos témpanos que se desprenden del frente del Glaciar Upsala para llegar lo más cerca posible al frente del mismo. Una vez en el lugar, el capitán decidirá la posibilidad de acercarse al glaciar siempre y cuando lo permitan los icebergs que rodean la embarcación.

De los témpanos o icebergs -desprendimientos de los glaciares- solo vemos el 10%. El otro 90% de su masa está debajo del agua

A esta excursión imperdible -la navegación entre los glaciares – se le puede sumar una experiencia gourmet. Así creó la propuesta para turistas la naviera MARPATAG que ofrece un recorrido único entre la imponencia y la custodia de dos glaciares increíbles Upsala y Spegazzinni, el más alto de todos: 120 metros de altura por 120 metros bajo el mar.

De los témpanos o icebergs -desprendimientos de los glaciares- solo vemos el 10%. El otro 90% de su masa está debajo del agua.

También las travesías 4×4 son ideales para hacer en familia. Son las llamadas “balcones del Calafate”: un recorrido total de aproximadamente 15 kilómetros -saliendo desde el centro de El Calafate- propone ascender hasta 1050 metros sobre el nivel del mar. Al llegar hasta el primer balcón se podrá disfrutar de una vista panorámica de El Calafate y la parte Este del Lago Argentino. Si está despejado se podrá ver el cerro Chaltén, el cerro Torre y contemplar el vuelo de los cóndores.

Excursión llamada “Balcón del Calafate” más de mil metros sobre el nivel del mar. Otra vista única de El Calafate y su inmensidad.

Luego se puede continuar el ascenso hasta el Laberinto de Piedras, una formación del Cretácico que tiene 85 millones de años y donde se podrá encontrar restos fósiles. Luego el descenso hasta llegar a la piedra de los Sombreros. Se puede retornar hacia El Calafate descendiendo por la cara Norte del cordón, sin perder de vista el imponente Lago Argentino.

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