¿Es bueno beber agua mientras se come?

Desde hace algún tiempo, se ha desatado un debate en relación a si es bueno o no. ¿Sirve para adelgazar o no? ¿Modifica el proceso de la digestión? ¿Nos hace retener más líquido?

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Seguro te lo preguntas: ¿Es bueno beber agua mientras se come? Si bien es cierto que no podemos vivir sin este líquido y que nuestro cuerpo está formado en gran parte de agua, también consumirla mientras ingerimos alimentos podría interferir en el proceso digestivo.

Desde hace algún tiempo, se ha desatado un debate en relación a si es bueno o no beber agua mientras estamos comiendo. ¿Sirve para adelgazar o no? ¿Modifica el proceso de la digestión? ¿Nos hace retener más líquido?

 

¿Qué pasa en el cuerpo cuando se bebe agua fría al comer?

Cuando el agua se disuelve y el intestino la absorbe, rápidamente se transforma en tejido adiposo, lo que quiere decir que los alimentos se vuelven grasa que va directa a las arterias. Si esto se mantiene en el tiempo, puede ocasionar colesterol o problemas cardíacos.

¿Es mejor beber agua antes o después de comer?

Lo que se aconseja es beber antes de la comida, para que el líquido proteja las paredes del estómago. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es mejor el agua a temperatura ambiente o tibia que la recién tomada de la nevera o con cubitos de hielo.

El agua fría eleva el pH del organismo (lo hace más alcalino), por lo cual se dificulta la misión gástrica.

¿Cuándo y cómo conviene beber agua?

La cantidad recomendada son ocho vasos como mínimo durante el día, fuera de las tres comidas principales (desayuno, almuerzo y cena).

En la noche, es bueno consumir dos o tres vasos de agua en el espacio de una hora y esperar 30 minutos hasta cenar, y durante el día se recomienda beber agua cada treinta minutos, sobre todo en verano y aunque no tengamos sed.

El debate acerca de si es bueno beber agua mientras se come o no sigue en pie porque todavía no hay muchos estudios que avalen una u otra teoría. Entonces, todo dependerá de nuestro organismo y de cómo nos sintamos según el hábito que tenemos.

Si bebemos agua mientras comemos y nos sentimos más pesados aunque nuestro menú haya sido liviano, quizás sería bueno cambiar de costumbre.

Si en cambio, no bebemos nada y nos damos cuenta de que tardamos en hacer la digestión, entonces, un vaso de agua al finalizar la comida no vendría nada mal.

Algunas personas recomiendan comer el postre antes de comer. Claro, consumir una fruta como puede ser una pera o una naranja una hora antes del almuerzo o la cena, y así, tendremos menos apetito. A la vez que no dejaremos de hidratarnos por el agua que tiene la fruta.

 

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